Hace un tiempo vi un par de notas y noticias que
MadC había estado en Colombia pintando, decidí investigar un poco y me tope con una nota/entrevista sobre la escritora en
Cartel Urbano, decidí compartirlo con ustedes en el blog, espero que sea de su agregado poder saber mas sobre esta excelente artista.
La grafitera alemana MadC dejó su huella en las paredes colombianas. Del 5 al 15 de mayo pintó varios muros en Bogotá e Ibagué, y participó en foros y conferencias en el marco de la Feria del Libro.
“Nunca vi grafitis en la calle, pues vengo de una ciudad muy pequeña. Leí un libro llamado Graffiti Art Germany y quedé fascinada con la cultura existente detrás del arte, por lo que decidí hacerlo yo misma. Al día siguiente, después de leerlo, compré mis cinco primeros aerosoles y no he parado de pintar desde entonces”.
Así describe la alemana Claudia Walde, mejor conocida como MadC, su primera aproximación al grafiti, en 1996. Cuando empezó a pintar, se divertía muchísimo y sus amigos la llamaban “La Pequeña Loca” (Little Mad One), así que creó su apodo añadiéndole la primera letra de su nombre.
Ha pintado y expuesto en más de treinta países. MadABC fue su más reciente exposición individual, realizada en Londres, y su obra estará hasta el 28 de mayo en la muestra Urbanart EFX, en Amsterdam, donde también participan trece artistas urbanos de Europa, India y México.
Como no vivía en una gran ciudad, obtuvo sus influencias de algunas revistas y libros. La inspiró el trabajo de grafiteros destacados, como Dare, Toast, Amok y Seen.
Asegura que una de sus mejores experiencias fue haber vivido de niña, durante varios años, en Adís Abeba (Etiopía). La atrae el continente africano, y aunque viaja con frecuencia por todo el mundo, para ella su hogar no es otro que Dresden, su ciudad de origen. “No hay lugares perfectos. Por ejemplo, me encanta Nueva York, pero no me gustan las leyes antigrafiti de Estados Unidos”.
Es la autora del libro Street Fonts (Alfabeto grafiti es el título en español), lanzado en Europa el pasado febrero, para el que 154 artistas de todo el mundo diseñaron especialmente distintos estilos de letra en bocetos en blanco y negro, esculturas, ilustraciones digitales y pintura en muros.
Actualmente, MadC es miembro de los colectivos Badits, Stick Up Kids y Wallnuts, y es famosa por sus caracteres balanceados, su obsesión por los detalles y el enorme tamaño de sus piezas.
La apasiona la caligrafía, así que la mayoría de su trabajo son letras en colores brillantes y agresivos, pues cree que con las letras, sus formas y sus curvas, puede expresarse mejor que con cualquier otro elemento, por las numerosas posibilidades que ofrecen.
Una excepción a esta “regla” suya es la obra 700wall (2010), en la que incluye personajes y escenarios más elaborados. Se trata de un inmenso mural pintado entre Berlín y Halle (Alemania). Mide 690 metros, le tomó cuatro meses de trabajo, y en su realización se gastó 1489 aerosoles y 140 litros de pintura de exteriores.
La idea era reconstruir la vida de un artista del grafiti con varias escenas: El laboratorio, donde crea y experimenta; La máquina y El puerto, donde se prueban técnicas, colores y estilos; El viaje difícil, donde el trabajo se estropea, y finalmente La ciudad, que hace referencia al momento en que la pieza finalmente alcanza su destino para ser vista por el público.
Le gusta trabajar rápido, en formatos grandes, y usar colores fuertes y brillantes. Tiene una idea básica de lo que quiere hacer, pero es mientras pinta cuando decide cuál es el siguiente paso y qué tipo de colores va a utilizar.
Su gusto por las tonalidades fuertes y brillantes hizo que la marca Molotow, una de las más reconocidas del mundo en pintura especializada para grafiti, la invitara a ayudar a crear dos tonalidades nuevas: MADC Psycho Pink y MADC Cherry Red.
Con su trabajo, MadC ha logrado abrirse campo en un espacio dominado por hombres. Sin embargo, aclara: “En este mundo, la gente observa primero tu obra y luego a la persona detrás de ella, así que nunca me he sentido excluida por ser mujer”.
Aunque Walde, de treinta años, estudió diseño en la Universidad Burg Giebichenstein y posteriormente animación en el Central Saint Martin’s College de Arte y Diseño en Londres, en lo relacionado con el grafiti es autodidacta. “Sólo me dediqué a pintar y aprendí practicando. Con el tiempo gané más control sobre la lata y ahora puedo pintar cualquier cosa que me guste”.